Martha Karina

Conocí a Martha hace 22 años en un retiro para parejas en la parroquia Buen Pastor. Ahí quedamos en la misma comunidad y desde entonces hacemos el camino de la vida juntas, como amigas, hermanas, comadres e hijas de Dios.

Martha es intensa, apasionada, le cuesta quedarse callada y menos si es ante una injusticia. No para de pensar ni de hacer cosas, pasa de un afán al otro y  es como una hormiguita que no descansa nunca y siempre está en algo, la mayoría de las veces para otros. Tiene una gran capacidad para ver las cosas desde una perspectiva diferente con la que puede ayudar a otros a resolver situaciones difíciles.

Ella misma ha tenido que vivir situaciones complejas y apoyada en una fe fuerte a prueba de fuego, ha logrado salir adelante. Ella es como el bambú, se dobla, pero solo temporalmente y vuelve a su posición original. Ha sido ayuda idónea, consejera, oido atenta y palabra adecuada en tantos momentos para mi que ya dejé de contar. Solo agradezco a Dios tenerla en mi vida y poder estar a la distancia de un mensaje o una llamada telefónica para tenerla a mi lado. Eso simplemente no tiene precio.

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