Facebook Pixel
PPAUL HABLA

Carta A S.M. Don Juan Carlos I - 4T #14

PPAUL HABLA
PPAUL HABLA
Señor:
Disculpe el atrevimiento, pero me dirijo a Usted en nombre propio y en el de mi madre, quien seguro estaría firmando conmigo esta carta, de no estar ella muerta desde hace unos años. Pero conociendo sobradamente su carácter y sentir, en su nombre también me dirijo.
Verá Usted, me mueve, nos mueve, la indignación y la tristeza. Verá por qué.
Ayer, seis de diciembre, día de la constitución, me pellizcaba y no lo creía. Me desperté con la noticia de que Usted, su Majestad el Rey Emérito, Juan Carlos I había pedido a la hacienda pública, una actualización fiscal de periodos atrasados por fondos supuestamente opacos. Y por supuesto, no declarados en su momento. Hasta aquí hemos llegado pensé. No puede ser.
Al leer estas noticias que se suman a otros escándalos protagonizados por su excelentísima persona, afloran las emociones diversas que me motivan a escribirle. Por un lado la indignación y por otro la tristeza.
La indignación ante la traición. Como la que sentiría mi madre si levantara la cabeza, después de haberle defendido en algunas ocasiones hasta con vehemencia.
Y la tristeza por la pérdida de la confianza en su persona y en lo que representa.
Verá Majestad, La decepción con usted es grande. Quizá no se lo han dicho personalmente, pero sí, lo es y mucho.
Y si así nos sentimos, es porque en un momento, Usted fue una persona de gran valor para muchos. Me incluyo. Pero claro, como a tantos, me enervan las tomaduras de pelo reiteradas, y a pesar de eso, en mi fuero interno, he tratado de rescatar, incrédula de mí misma, el recuerdo emocionante de lo que nos hizo sentir su Magna figura, durante la transición y concretamente en los días del intento de golpe de estado en España. Le recuerdo a Usted joven, pero seguro y contundente en esa madrugada del 23 de febrero del 81, Salió en la televisión y se nos grabó a muchos y algunos como mi madre, le elevaron a la categoría de héroe.
Le veíamos ahí delante, firme y sereno, conjurando a los golpistas sin un ápice de duda en su voz y con absoluta determinación.
Ese 23 de febrero del 81 quedó en nuestras memorias como un día en el que contuvimos la respiración por muchas horas, Majestad. Muchas y llenas de confusión en las que fue creciendo el miedo por lo que podríamos perder en caso de madurar ese golpe de mano.
Recuerdo perfectamente cómo las viví y cómo se vivieron en casa.
Por entonces, sabe Usted, yo iba por la tarde a unos cursos monográficos de dibujo que se daban en la Escuela de Artes, esa que está en la calle del Marqués de Cubas, a poco más de 100 metros del Congreso. Por poco y no me pilla dentro, ¿sabe?

Ese día salí antes, no recuerdo por qué, pero me fui caminando hacia Atocha. Se tardan unos minutos hasta llegar a la parada. El conductor tenía la radio encendida. En el autobús, alguien puso en alto otro transistor y gritó: ¡hay disparos en el congreso!. Después de esa confusión inicial y del susto, se hizo el silencio. Un silencio frío. Lleno de miedo.
¿Que decían los locutores?. ¡Disparos en el congreso!. ¿Disparos en el congreso? ¿Pero de quienes?? Militares. Guardias civiles al mando de un tal Tejero. Uno que ya estuvo implicado en el caso Galaxia, ¿se acuerda?
No lo podía creer, algo me alertó a pesar de mi inocente juventud y lo único que hice fue tratar de llegar cuanto antes a mi casa. Mi madre me recibió aliviada y angustiada, con sus enormes ojos azules abiertos como ventanas. Su blancura natural se confundía con la de la pared. Entre sus manos retorcía nerviosamente un pañuelo tratando de ponerme, atropelladamente, al corriente. -Papá no está, le tocaba turno en el periódico. Ay qué miedo hija, qué miedo. Aquí se puede liar una muy gorda.- Su miedo a bocajarro nos invadió a todos. Bien sabía ella de lo que hablaba…
Esa noche España entera estuvo en vela. Nadie se separaba de las emisoras de radio. Los militares habían tomado la televisión y solo se emitían músicas militares. Las radios eran nuestros ojos dentro y fuera del hemiciclo.
Usted tardaba en salir. Lo hizo a la una y cuarto de la madrugada le vimos en la pantalla, cuando ya todos nos preguntábamos ¿qué pasaba, por qué no sabíamos nada aún, ni qué haría? ¿Estaría Usted también metido en el ajo??
Cuando apareció su mensaje se pudo escuchar el suspiro entre nosotros, claro y rotundo.
Su salida era el inicio del final de esa pesadilla. No tuvimos dudas.
Aquél día con esa aparición, se consagró ante nuestros ojos. Pasó a ser, de verdad, el Rey de todos. ¡A sus pies Majestad!!
Creo que Usted fue el monarca más protegido y venerado por el pueblo en toda la historia reciente de nuestro país. Ya sabe, veníamos debatiéndonos tantos años.. república sí, o monarquía. En ese momento, todos le fuimos leales.
¡A ese rey ni tocarlo! Llegué a escuchar un día de mi abuela y quien había luchado por la república. Mire Usted si llegó a ser importante….
Parecía que por fín éste sí era el de todos y además entendió que se debía a un país democrático. Democrático. ¡Qué importante era eso!
Le creímos a pie juntillas Majestad. Y compramos todo lo que nos dijo. Como españoles, creo que le devolvimos con creces el respeto que nos dio esa noche negra y que ahora disculpe, parece haber tirado a la basura.
Por eso, al leer esta noticia justo en el día de la conmemoración de aquella votación en la que nos defendimos con un sí rotundo a favor de nuestra Carta Magna, me deja incrédula; no creía que me volviera a sorprender Usted de nuevo. Ya lo ha estado haciendo por años, pero esto ya es otro pasito más hacia el acantilado. Es como que si no quisiera creer que aquél representante con el que orgullosamente creíamos contar, nos hubiera traicionado por la cosa más pueril del mundo. Unas perras… Unas monedas, que al final no tienen importancia alguna si comparamos el valor del dinero con lo que destruye en sus actos.
Hoy hemos terminado de despertar de este sueño empapados en su desgraciada decadencia.
Porque aquél 6 de diciembre del 78 votamos sí a La Constitución en masa. Esa en la que el Usted, la verdad le digo, era tragado y aceptado como parte del juego por el que apostábamos, hacia un futuro democrático. Una figura, que quizá hoy no se necesite en absoluto, pero que entonces, era el fiel de la balanza.
Realizamos en aquellas elecciones una apuesta casi unánime por la constitución. El 92% de los votantes españoles, dijeron sí, frente a un escaso 8,19% que dijo no. De los 26 millones de personas con derecho a voto, más de un 67,% acudieron.
En aquellos años solo los mayores de 21 años podían. Yo no.
Esa declaración era la guinda final del pastel tras muchos esfuerzos por superar el pasado horripilante de presiones y avanzar hacia la democracia. Por fin arrancarían los motores del progreso democrático y las libertades como las habíamos soñado. Comenzaban grandes retos pero los afrontábamos con ilusiones. No teníamos de nada, pero a pesar de los nubarrones en esos momentos tan delicados, en los que aún íbamos de puntillas, supimos llenarnos de optimismo. El miedo a dar pasos hacia atrás nos mantenía alerta, pero unidos en esa visión conjunta de futuro.
Durante aquél proceso, este pueblo Majestad, aprendió a dar carpetazos a los errores del pasado, y a borrar culpables o responsables. Cerramos el cajón del desastre y tiramos la llave lejos y con fuerza. Fueron tiempos de acuerdos y de evitar rascar, Usted lo sabe, para no levantar nuevamente ampollas que no parecían querer sanar tirando en divergentes direcciones.
La democracia se sustentó en muchos pactos de silencio y la monarquía, fue una de esas instituciones que aceptamos y que realmente parecía tender puentes hacia la dirección correcta. No más sangre. No más resarcimientos. De nadie.
Usted, hasta la muerte del General, solo había sido una figura meramente decorativa, perdone que le diga…
No dejaba de ser un heredero de paja para un régimen moribundo, o así queríamos pensar. Pero a la muerte del General, su figura tomó un protagonismo vital. Las desconfianzas estaban servidas tras haber sido el protegido. Las asociaciones al viejo régimen, a pesar de su campechanismo, seguían sobrevolando y el desánimo de los republicanos de raza, que veían nuevamente cómo entraba un Rey en España, también se retorcían en sus sillas pero aceptaron y tragaron, era lo mejor para España. Pero era innegable, que a pesar de limitarle sus competencias, seguiría usted siendo el Jefe del Estado y de las Fuerzas Armadas. Sí, en ese tiempo todos hicieron equilibrios complejos y de puntilla sobre la cuerda floja.
Me imagino, que para Usted, aunque joven, no se le escapaba que precisamente su vinculación con el franquismo y su figura militar fuesen el principal resquemor del pueblo hacia Usted.
Y entonces, durante aquella jornada de miedo, en esos momentos cruciales y con su papel final ante los acontecimientos, de repente se granjeó un enorme éxito mediático, y supusieron un gran paso hacia lo que pensamos, era un moderno elemento que traería aire fresco en las estancias del palacio.
Estoy segura de que si hubiese habido un hashtag, ese discurso que pronunció hubiera sido un "trending topic". Y poniéndolo en perspectiva, lo fue… ¡Vaya si no!!
El momento histórico de esa declaración televisada, fue aplaudido y amplificado por todos. Tanto por los que no tenían idea entonces, (como yo), de los tejemanejes de la situación previa, como los que sí, y que por supuesto se pusieron al lado de los intereses superiores y defendieron su discurso con el silencio que ameritaba para evitar ese cambio de timón que pretendía Usted también, Majestad. Pero de eso nos enteramos mucho más tarde.

El futuro democrático estaba en peligro de convertirse en papel quemado. Pero gracias a Usted, que puso freno a los locos deseos de aquellos militares, pudimos tomar aire. Además con aquellas palabras se ganó el sitio perfecto en corazón de millones de españoles, el respeto y hasta el afecto. ¡El salvador de la democracia! Le llamaron, ¿se acuerda?
Pero hoy también sabemos que esa lentitud en la salida escondía truco; eran otros intereses que la historia y el periodismo nos ha ido desgranando con el tiempo, los que parecen le obligaron al retraso en su declaración.
Aquella espera de tantas horas se cubrieron de incertidumbres Señor. Nos llenamos de preguntas, ¿sabe? ¿Por qué tardó tanto en aparecer y en dar las órdenes?
¿Quién estaba a la cabeza de esa tropelía? ¿Quién iba a ser ese gobierno que se impondría?
Con el devenir del tiempo empezamos a conocer una historia sobre un Elefante. Sí, de esos que le gusta tanto a Usted cazar Majestad. Esa persona tenía el sobrenombre de "El Elefante Blanco". ¿Quién era Majestad?
Los cientos de informaciones y artículos que fueron sucediéndose en las siguientes décadas no dejan mucha duda.
La voces por debajo susurraban que era Usted. Quien insatisfecho con el gobierno de Suárez, primer Presidente de la democracia pretendía, junto a un grupo de militares, según decían las informaciones, dar un cambio de rumbo en el panorama.
Pilar Urbano, una de las escritoras y periodistas que ha escrito sobre usted, en su libro "La gran desmemoria. Lo que Suárez olvidó y el Rey prefiere no recordar", lo tiene claro. El Elefante Blanco, era Usted.
Según ella afirmaba, don Juan Carlos metió la pata en las conversaciones que tuvo con José Luis de Vilallonga, quien escribió la única biografía autorizada suya, basada en esas charlas con usted. En libro, Usted decía saber desde el primer momento quién era el Elefante Blanco.
La periodista continuaba diciendo que Suárez, también había dicho que «sólo dos personas sabían quién era el Elefante Blanco, y yo soy una». Decía Suarez.
Por tanto, Si el ex Presidente lo sabía, y desde luego él no lo era, y usted también lo sabía, según le dijo a Vilallonga, y tal y como aparece en las ediciones francesa e inglesa de esa biografía… Blanco y en botella, ¿no?
En la versión española del libro de José Luis de Vilallonga, parece que se corrigió ese dato. Según la periodista, porque se hubiese tenido que reabrir el sumario de intento de golpe de estado. Usted lo decía en la primera edición, en la francesa, en donde también decía, que habló con teniente el general Armada varias veces durante esa noche. Este general Armada, por si no lo saben los que me leen, estuvo implicado en ese intento de golpe de Estado.

¡Paso, en nombre del Rey! Gritaba Tejero al entrar en el congreso junto a un grupo de los doscientos guardia civiles que le acompañaron.

Mire usted, yo sigo leyendo la noticia de El País y dice que ha presentado una propuesta para una regularización fiscal. Que usted quiere actualizar su declaración con más de medio millón de euros de ingresos, opacos.
Fondos ajenos que supuestamente usó junto a algunos familiares, entre el 2016 y 2018, cuando ya no estaba protegido por la inviolabilidad, que recordemos desaparece tras su abdicación en el 2014. Ojo, las noticias tratan de desvincular a su hijo Felipe y a su esposa de cualquier sospecha. Imagino, y así lo dice, que no, que ellos no están dentro de esta investigación. ¡Bueno, algo es algo…! Tal y como va su degradación ante la opinión pública, es un punto a su favor proteger a la familia…
Y hablando de la familia. Ahora, encima de todo esto, pareciera que esa fórmula de mantener el silencio, la ha heredado su hijo, quien por cierto no se ha pronunciado aún frente a ese chat de los dinosaurios militares que nos quieren poner, a 26 millones de españoles y entre ellos a mi, en el paredón.
¡Hay que ver, qué vergüenza todo esto!

¡Pobre rey!
Creo que le va de mal en peor desde hace años. Su caída y rotura de cadera durante las vacaciones de caza, no sólo le costaron la operación, si no el escándalo al conocer abiertamente sobre su “affaire”, y toda la oleada de informaciones que sacaron aguas turbias a flote y desembocaron en su abdicación. Primero, el lío con su amiga Corinna Larsen, quien por cierto le metió un gol protegiendo 60 millones, que dice que Usted le regaló. ¡Hay que ver qué generoso!. Después de eso, las preguntas. -“¿De dónde saca, “pa” tanto como destaca…?-” que dice la canción. Y así saltaron las alarmas sobre supuestas fortunas desconocidas y fuera de España. ¿Quizá en paraísos fiscales, Majestad?
Para finalizar, disculpe el término, con una salida por la puerta falsa, en esa especie de auto exilio a Emiratos Árabes Unidos.
Pero si esto era poco, para cerrar este pésimo vodevil, lo hizo en medio de la pandemia.
Lo malo Señor, es que para la prensa de hoy, menos temerosa que la de hace 40 años, su armadura es transparente.
Según esta nueva información, la hacienda está analizando el escrito presentado, y decidirá próximamente si lo acepta o pide más aclaraciones. Tienen que saber el importe para depurar las multas y si hubiera delitos, se pueda abrir una imputación de evasión fiscal. Para colmo hoy, ya día siete de diciembre que termino esta nota, el asunto le puede perjudicar en su deseo de volver a casa en las Navidades.

¡No! Si es que me da hasta lástima… ¡Pobre…!
Lo bueno Majestad es que su declaración, no está relacionada con bienes en el extranjero, sino con el consumos de tarjetas bancarias, que al parecer un amigo suyo y empresario mexicano, un tal Allen Sanginés-Krause, le ha estado dando. ¿En calidad de qué Señor? ¿Donación? ¿Sabía usted que hay que tributarlas?
No están justificadas esas entradas según la hacienda por tanto, nuevamente se han disparado las sospechas sobre Usted y también sobre su amigo, el empresario a quien la Fiscalía ha dicho que investigará.
Pero lo bueno, dice la noticia, parece ser que a Usted no le preocupan ni los dineros de paraísos fiscales, donde seguramente no podrán averiguar mucho, pues tal y como dicen Ustedes, no hay nada de cierto, y por supuesto nosotros nuevamente le creemos. Y que tampoco le preocupan el supuesto cobro de comisiones ilegales por las obras del AVE a la Meca porque fueron hechos ocurridos antes de 2014, cuando todavía gozaba de inviolabilidad y el proceso ni se abrirá. Y menos parece que le preocupen los escándalos de la Larsen. Total, es una amante despechada…

¡Ay, ay , ay Majestad! ¿No cree que tantas travesuras, han terminado por deteriorar gravemente su figura pública y erosionan de manera grave a la institución, a la que por otro lado siguen queriendo proteger haciendo filas que alejen de la lupa a su hijo y a su nuera?
Pero lo triste es que estas cosas ya las hemos visto en la historia de España. Así se protegían los monarcas, cerrando filas, aunque sea a costa de su propia felicidad familiar. ¡Vaya, qué triste! Creí que esas cosas se quedaban en los libros de historia del pasado, veo que no.
Y fíjese que yo lo que creo es que para protegerse han ido ejecutando pequeños movimientos sobre el tablero, poco a poco y con la alevosía de la pandemia, para salir de puntillas sin hacer ruido. ¿Ha visto Usted la película Gambito De Dama? Pues eso, se la recomiendo. Un gambito en ajedrez es el ofrecimiento de material a cambio de ventaja en el desarrollo del juego.
Así parecen.. Movimientos que preserven la credibilidad y la honorabilidad del hijo. Más que nunca los necesita para perpetuar la especie. Me parece que han estado bien coordinados. Eso creo yo, pero vamos, no lo tome en cuenta, al final de cuentas solo soy una ciudadana más, desconocedora como la mayoría, de lo que se cueza en su casa.
Pero sí hemos visto varias cosas que amoscan, ¿sabe?
En marzo pasado su hijo Felipe VI dio un comunicado en el que rechaza su herencia, Con ello se aleja de los beneficios de empresas y fundaciones que hubiera podido tener usted y que le quisiera dejar. Vamos que no hay que ser Kasparov para entender.
Recuerdo que una de esas fundaciones, Lucum, estaba bajo investigación de la fiscalía. Además en aquella misiva le retiró su asignación del presupuesto del Estado. Blanco y en botella, ¿no?
El siguiente movimiento fue cuando Corinna Larsen se puso a despotricar lo más grande… Ahí creo que le invitaron a irse. Eso sí, nos trajo de cabeza….
Se especuló de todo. Pero le salió bien. Ni una filtración de hacia dónde se había ido. Dos semanas tardamos en saberlo.
Pues le cuento que mientras ustedes hacían sus jugadas, los españoles no salíamos de nuestra sorpresa e incredulidad.
Disculpe que le diga, ¡qué mal quedó! por cierto.
Además abrió la puerta a todo tipo de especulaciones, y por supuesto su salida por la puerta de servicio le hicieron ver cuando menos culpable, sin haber podido ni defenderse.
Ay!! Majestad… Qué mal…
Quizá se le olvidó que el César, además de serlo, debe parecerlo…
Qué lejos quedaban ya aquellos años en los que muchos, orgullosamente defendíamos nuestra moderna monarquía. Antítesis creímos, a esas rancias europeas ridículamente conservadoras y herméticas.
Durante tantos años, nos regocijamos con sus campechanas salidas del orden establecido. Nos divertía oír sus risas y hasta sus palabrotas. E incluso le hicimos coro cuando mandó callar a Hugo Chávez. ¿Se recuerda? ¡Qué momentazo televisivo tuvo, ¡eh!
De verdad que parecía que había conseguido hacer que esta monarquía parlamentaria fuera una combinación perfecta para nuestra democracia.
Todo iba sobre ruedas con Usted y su familia. Hasta que empezaron los problemitas con su hija y su yerno Urdangarín, quien calladito sigue en la cárcel.
Pero la caída no había hecho más que empezar…

Lo triste es que han enseñado la patita con todas estas… digamos así, salidas del tiesto, y al final con la suma de atropellos, nos asaltan aquellas dudas que quisimos olvidar por tantos años. Y yo me pregunto.
¿Estará España dispuesta a seguir asumiendo el coste, a todos los niveles, de una institución y de algunos de sus miembro, que literalmente, están en tela de juicio? ¿En qué nos benefician Ustedes? ¿No habremos superado ya nuestra pubertad democrática como para merecernos comer en la mesa de los mayores? Hay muestras de países demócratas que no necesitan una monarquía, vamos, que ni la han olido siquiera, y son tan felices o infelices en su trayectoria como nosotros. ¿Por qué asumir este desgastante protocolo innecesario?

¡Qué tristeza verle así Majestad!
Usted que fue una gloria de España, y llegó a tener una alta reputación y ver en lo que se está quedando… da pena. Un monarca al que respetábamos tanto e incluso protegimos incluso de Usted mismo.

Ante Usted todos callábamos y le otorgábamos la presidencia de nuestras íntimas y humildes mesas navideñas durante sus discursos.

¡Qué pena! Porque ahora que le veo con delicado paso de anciano, tiene que ser duro saber que en los libros de historia un día, por penoso y amargo que nos sepa, el punto final de su vida estará manchado por la codicia.

¡Cuánto lo siento Señor!. De verdad, cuánto lo siento; no por usted, sino por nosotros.

“Espero tener siempre suficiente firmeza y virtud para conservar lo que considero que es el más envidiable de todos los títulos: el carácter de Hombre Honrado”.

-Georges Washington-




https://elpais.com/espana/2020-12-06/juan-carlos-i-quiere-regularizar-mas-de-500000-euros-de-ingresos-opacos.html
https://elpais.com/espana/2020-12-06/el-rey-emerito-presenta-una-declaracion-para-regularizar-su-situacion-fiscal.html
https://elpais.com/elpais/2016/02/18/eps/1455812618_874352.html
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-49453416
https://elpais.com/hemeroteca/elpais/portadas/1981/02/24/
https://elpais.com/espana/2020-03-15/el-rey-renuncia-a-la-herencia-de-su-padre-y-le-retira-su-asignacion.html
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-53841839
https://www.huffingtonpost.es/entry/la-crisis-de-los-42_es_5fc79cd7c5b6b47a31ed2d35?ncid=newslteshpmgnews
https://www.eldiario.es/politica/secretos-transicion-golpe-congreso_1_3712148.html
https://www.elmundo.es/cronica/2014/03/29/53369a7ae2704e2e078b456e.html
https://www.elmundo.es/elmundo/2006/02/23/espana/1140651449.html
PPAUL HABLA
Not playing